Evangelio
Cómo conviven los hermanos en la fe
Cuando otros te hieren, te lastiman, ¿los confrontas, te reconcilias con ellos, o simplemente los ignoras? ¿Cuál es el método más efectivo? ¿Cuál es el más moral?
Las disputas son probablemente las más molestas de todas las situaciones sociales. Sean en privado o en público, las disputas pueden definir un estilo de la persona: Confrontar o Evitar, Honestidad Directa o Mentiras para salvar el pellejo, “luchar por la justicia” o “paz a cualquier costo.” Gracia bajo esta clase de fuego puede ser imposible a veces.
Cómo enfrentamos las disputas en una manera que impulse tanto el respeto mutuo como la justicia? Jesús tiene una respuesta a tal pregunta.
Siempre se cometen pecados contra el prójimo o a expensas de la comunidad. Jesús invita a corregirlos pensando ante todo en la conversión de los pecadores: evitar que se vean humillados públicamente. Ya se decía en Deuteronomio 25,3.
Estas palabras fueron dichas a Pedro en 16,19; aquí Jesús habla para toda la Iglesia. La comunidad tiene delante de Dios autoridad para arreglar los problemas internos, y si lo hace como Pablo lo pide en 1 Corintios 5 y 6, es decir, la comunidad con sus responsables y bajo el Espíritu de Dios -Hechos 15,28, la decisión será la de Dios.
No todos los manuscritos tienen el mismo texto. Si lo aceptamos tal como está aquí, ha pecado, es un consejo de moderación que se opone, por ejemplo, a la práctica de los esenios, que castigaban y excluían sin miramientos. Jesús no acepta que se excluya inmediatamente al pecador que se está juzgando. Si es posible corregirlo de manera privada, no deben publicarse sus pecados.
En cambio, si seguimos la otra versión, ha pecado contra ti, el texto se refiere al perdón de las ofensas tal como en Lucas 17,4.
18,16: “de modo que el caso se decida por la palabra de dos o tres testigos” Este versículo es del Deuteronomio 19:15: "Un solo testigo no es suficiente para convencer a un hombre de cualquier culpa o delito; sea cual fuere el delito que haya cometido, sólo por declaración de dos o tres testigos será firme la causa. "
A la luz del versículo, si el pecado era social –a la vista de otros, los otros vendrían en apoyo del alegato del acusador. Pero, si el pecado era entre dos personas, los otros actuarían como junta negociadora par ver si un arreglo mutuamente aceptado podía solucionar el problema.
18,17: Como un pagano o publicano. Jesús habla para un público habituado a no tener contacto con los paganos, los publicanos y todos los que estaban excluidos por las autoridades religiosas –Juan 9,22. Las comunidades cristianas actuarán de la misma manera con quien no respete las exigencias de la comunión fraterna –1Corintios 5,11; Tito 3,10; 2 Juan 10.
18:19 " si en la tierra dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir alguna cosa” en el contexto de 18:15, los dos que acuerdan resolver un argumento son esos que atan o desatan en la tierra o en el cielo. Ellos son a quienes Dios bendice.
¿Qué significaba pecar contra otra persona? La cultura Semítica en los tiempos de Jesús sostenía el honor en la más alta estima. Pecar –herir a otra persona, indicaba una pérdida de honor. Por tanto, el pecado tenía más dimensión social que sicológica. En otras palabras, uno era ofendido si la reputación, no solamente los sentimientos, eran lastimados.
La palabra de Jesús era socialmente combativa. Los hombres adultos debatirían públicamente no solamente para anotar puntos de posición, sino también para construir la propia reputación –el honor de uno, a costa de otros. La gente acostumbraba chismear, rumorar, e insultar de la misma manera. Este espíritu conflictivo contaminaba el honor de la familia; algo pequeño podía escalar en pleitos de generaciones donde ambas partes olvidaban el incidente original. Solamente el honor importaba.
Cuando ellos proclamaron la reconciliación de la gente con Dios, la comunidad cristiana combatió contra esta práctica social. Por medio de Cristo, Dios levantó el estatus de los pecadores a los de Sus hijos. La persona redimida tenía un nuevo honor a la vista de Dios, porque ahora disfrutaba los beneficios de la vida eterna: paz, gozo, amor, etc. De hecho, el amor mantenía unida a la comunidad. “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado.” El amor significaba protección de la reputación de la comunidad y la de sus miembros.
¿Qué pasa cuando un cristiano ofende a otro? Para proteger el honor de uno y conservar la unidad local de la Iglesia, Jesús describió un proceso en tres etapas:
- a) consulta privada,
- b) un procedimiento quieto de la comunidad, y, finalmente,
- c) la desasociación pública.
Cada paso crecía en peso e importancia.
La consulta Privada significaba proteger la reputación del pecador. La parte herida se acercaría al pecador con la acusación y trataría de llegar a una solución. Si la persona era ofendida por accidente, el pecador podía disculparse. Si el pecador ofendía a la víctima intencionalmente, el pecador podía reparar el daño. En cualquier caso, el pecador y la víctima podían crecer juntos de cerca como “hermanos”, 18:15
Si el pecador se rehusaba, los otros en la comunidad podían llegar a involucrarse de alguna forma para proteger la reputación del pecador. La víctima con dos o tres personas de la comunidad se reunirían con el pecador en privado. La reunión tenía dos agendas.
- Primero, los “testigos” presentarían sus “evidencias” contra el pecador. La cita en 18:16 es una traducción libre del Deuteronomio 19:15 - Segundo, los “testigos” podían actuar como negociadores entre las partes. Una diplomacia silenciosa podía sanar las heridas en la comunidad antes de que causaran un escándalo público, 18:16
Aunque si el pecador rehusaba, la victima podía solamente hacer uso de los recursos en la comunidad misma. La víctima presentaría las evidencias públicamente. Si la comunidad decidía en favor de la víctima, excomulgarían al pecador. Hasta aquí, la unidad de la Iglesia local sobrevaloraba la reputación del pecador. Fuera de la comunidad, el exiliado buscaría otros medios de soporte social y financiera. No tener casa era el peor de los casos del escenario en este proceso, porque de los escándalos públicos y las ominosas consecuencias para el pecador, la comunidad recurría a la excomunión como “ultimo canal” de medida,18:17
En 18:17, el Griego enlista "Gentiles o cobrador de impuesto." Para la audiencia judío-cristiana de Mateo, los Gentiles eran extranjeros no creyentes y los “cobradores de impuestos” eran traidores, puesto que colectaban impuestos para los romanos y explotaban a la gente para su propio beneficio. Los cristianos evangelizaban activamente ambos grupos.
Jesús ordena a sus discípulos a actuar a pesar del costo, si la situación lo requería. Dos veces enfáticamente –“¡Escuchen lo que tengo que decir!” –insistió que Dios aprobaría cualquier medida disciplinaria que la Iglesia tomara en consenso. 18:18-19 ¿Por qué? Porque el Señor resucitado estaba presente en la acción de adoración de la comunidad reunida, 18:20
Mateo asumió que sus lectores sabían que la comunidad tomaría las acciones disciplinarias que la Iglesia mandase, por consenso. De aquí que, la comunidad, aún tan pequeña como un puñado o menos, podía juzgar como una corte.
Insulto y heridas demandan justicia; pero ¿cómo obtener justicia de una manera que se respete al victimario? Al igual que Jesús retaba a sus discípulos en el evangelio de Mateo, así nos reta a nosotros.
Piensa en una ofensa pasada. ¿Cómo trataste de remediar la ofensa? Lo hiciste de manera que respetase a ti mismo y a quién te ofendió? ¿Puedes resolver las injurias presentes de la misma manera? Trata de resolver una de esta manera en esta semana.