Evangelio
Fe y liderazgo de la Iglesia
¿Cuál es la presión que ejerce el mirar a alguien bien de cerca? ¿"Cómo me miro"? Esta ha llegado a ser una de las preguntas más fatales que un esposo(a) puede preguntarle a su pareja. La mayor parte del tiempo un esposo(a) está buscando un cumplido; pero, existen esas raras ocasiones en que uno de los dos quiere una respuesta franca. Nosotros nos orgullecemos en nuestra individualidad; pero, dada una circunstancia, nos mediremos a nosotros mismos según la mayoría, sus normas, y sus modas. De hecho, muchos se comparan a otros de manera que pueden de esa manera encontrar una identidad. No importa cuán orgulloso estemos de ser diferentes, recurrimos a la opinión de la mayoría como a un espejo, para definir nuestra identidad. Cómo sabremos nosotros si somos diferentes, sólo cuando otros nos dicen que somos diferentes!
En el evangelio de Mateo, Jesús hizo una pregunta simple a sus discípulos que estaban reunidos: ¿"Quién dicen ustedes que SOY YO"? El deseaba saber cómo ellos lo identificaban a él. Y él deseaba saber cómo ellos se identificaban a si mismos. En la apertura de la escena, Jesús viajaba a una área en las Colinas del Golán, cerca de la cabecera del río Jordán. Con su clima moderado, el área alrededor de Cesárea de Filipo era perfecta para un retiro.
Un nuevo episodio en que Pedro está al centro. Los Evangelios hacen resaltar su profesión de fe más de lo que lo hicieron con cualquier otro, a pesar de que se la puede comparar con las palabras muy parecidas de Marta en Juan 11,27. Sin embargo sólo Mateo pone a continuación la revelación y la promesa excepcional que Jesús le hizo ese día. 16:13 Cesarea de Filipo era una ciudad en una de las cabeceras del río Jordán, un balneario en el extremo norte de Palestina, donde nace el Jordán y al pie del Hermón, las Colinas del Golán en los tiempos modernos. 16:15 Jesús hizo la pregunta en la segunda persona del plural –todos "ustedes", para centrar la discusión fuera de los que no eran los discípulos y tener el punto de vista de ellos particularmente. En otras palabras, Jesús preguntaba –y sigue preguntando, a la Iglesia acerca de su identidad. 16:17 "Simón Barjona, es decir Simón hijo de Jonás.” Los hijos de los Judíos tomaban el primer nombre de sus padres como su apellido.
Jesús cambia el nombre de Simón, al igual que Dios había cambiado el de Abraham cuando le hizo también una promesa para siempre. Sin embargo la semejanza con la promesa hecha a David en 2Sam 7,14 es más clara.
Simón bar-Ioná, o sea, “hijo de la paloma”. La paloma era uno de los símbolos del Mesías. Hay quien ha pensado que Pedro, antes de ser llamado, había pertenecido a un grupo de patriotas judíos conocidos con este nombre; con más probabilidad, a Pedro que dice “Tú eres el Mesías” Jesús le devuelve la palabra dándole este apodo: “tú eres el hombre del Mesías”.
“Feliz eres…”: de esta forma la Biblia felicita a los que Dios eligió para realizar su obra en el mundo; de ellos también la historia conservará el nombre.
“… la carne ni la sangre…, es decir, las capacidades naturales. Pedro vivía al lado de Jesús, a menudo en el mismo cuarto. Al verlo tan de cerca no hubiese creído que era una persona divina si el Padre no le hubiera dado, además de las señales y los milagros, la intuición del misterio de Jesús.
Si se compara con Marcos 8,29, es probable que ese día Pedro haya dicho solamente: Tú eres el Mesías, pero esto no impide que en otra ocasión haya expresado su fe con palabras diferentes, como el Santo de Dios –Juan 6,69, o el Hijo de Dios.
Ciertamente para los judíos ninguno de estos calificativos tenía la fuerza que tienen hoy para nosotros, pero esas expresiones eran las únicas que Pedro tenía a su alcance para expresar su fe. Consideraba a su maestro mucho más que un hombre, y más que un profeta, incluso más que Moisés.
Al poner estas palabras en boca de Pedro, Mateo quiere que sean entendidas en el mismo sentido que les atribuye la fe cristiana; así también debe ser entendida su profesión de fe en Juan 6,69.
A menudo se dice que los apóstoles creyeron en la divinidad de Jesús sólo después de su resurrección, lo que en grandes líneas es acertado. Sin embargo los evangelios presentan la profesión de fe de Pedro como algo muy excepcional, ya que Jesús no le hubiese hecho la promesa si Pedro no hubiera tenido esa fe verdadera que él debía confirmar en los demás Lucas 22,31; Juan 21, 15.
16, 13-15: Reunido con sus discípulos, Jesús hizo una pregunta de identidad. A diferencia de nuestra cultura donde cada individuo define su lugar en la sociedad, en la cultura de los tiempos de Jesús, era el grupo que definía el lugar de los individuos. Cuando Jesús formula la pregunta, él deseaba saber qué pensaba el grupo de sus seguidores –su grupo, cuál era SU lugar en la sociedad. Jesús deseaba que sus discípulos se definieran ellos mismos.
16, 14: Los discípulos replicaron como una comunidad profética que se preparaba para el Reino de Dios. “eres Juan el Bautista,” ellos parecían decir. Muchos estudiosos de la Biblia han especulado que, antes de su ministerio público, Jesús era un seguidor de Juan. Con la pérdida de Juan, aquellos que seguían a Jesús quizás hayan deseado que él asumiera el ministerio de Juan. Otros, sin embargo, deseaban un profeta para anunciar la venida del Reino de Dios, como Elías. Muchos Judíos, aún en estos días, creen que Elías retornará desde el cielo para anunciar la llegada del Reino de Dios.
16, 16: Pero Simón tenía una idea diferente. Tomando la palabra por el grupo, Simón deseaba una comunidad Mesiánica que realizaría el Reino, “Tu eres el Cristo –Mesías, Hijo del Dios viviente,” proclamó Simón. En esta corta aseveración, Simón definió la comunidad y su líder. Jesús era el Cristo, el Mesías, el Salvador de Israel por tanto tiempo esperado.
Jesús era el instrumento de Dios para guiarlos en el Reino. Pero, Jesús era más que un instrumento. El era “el Hijo del Dios viviente.” El Dios de Abraham, Isaac, y Jacob, estaba vivo e intervenía en las vidas de su pueblo. Al contrario de los ídolos de los vecinos paganos, el Dios de los Judíos no era una fuerza inexplicable de la naturaleza o algún poder de fertilidad. No, este Dios era personal.
Jesús era este Dios del Hijo. El compartía en eso que hacía del Dios de los Judíos un ser vivo –su Espíritu. Y él podría compartir esa vida con sus discípulos, Él vivía en el Hijo, y en la comunidad. De esta manera, Simón supo que Jesús era el Mesías, y los discípulos de Jesús formaron la comunidad Mesiánica. ¿Quién es Jesús? De qué manera trabaja en tu vida? Qué significa para tí ser discípulo de Jesús?
Jesús cambia el nombre de Simón, al igual que Dios había cambiado el de Abraham cuando le hizo también una promesa para siempre. Sin embargo la semejanza con la promesa hecha a David en 2Samuel 7,14 es más clara.
16:18 Este verso es una pregunta completa. ¿Cuál es la relación entre “Petros” –el nombre de Pedro o “Roca” en Griego, y “petra” –“la roca” en Griego para la fundación de la Iglesia? ¿Qué quiso decir Jesús cuando él dijo "edificaré mi Iglesia?” y, que quiso decir Jesús por “Iglesia”? Edificar y plantar eran dos términos apropiados para la acción de Dios instaurando en el mundo la Iglesia, o sea, la asamblea de los que Dios ha congregado, y este pueblo se organizaría en torno al Mesías.
Jesús es la piedra angular –Marcos 12,10; 1Corintios 3,11; 1 Pedro 2,6, pero eso no quita que Pedro lo sea en otro sentido. Ya en la Biblia, el hecho de que David fuera rey no impedía que Dios fuera el rey de Israel.
La prioridad de las preguntas da diferentes respuestas. La Iglesia Católica contestó de la siguiente manera: La Iglesia igualó la persona de Pedro con la roca. Su ministerio como líder sería la base de la Iglesia. La Iglesia misma está representada en un sentido universal con Pedro y sus apóstoles formando la estructura de la Institución. Muchos protestantes equiparan las acciones de Pedro –su confesión de fe en 16:16, con la roca; su profesión de fe era el centro de la Iglesia; la Iglesia misma era universal en sentido espiritual, pero era solamente entendida como pequeñas comunidades locales, no como una superestructura. Hay muchas combinaciones y muchas posiciones para defender lo que este verso ha llegado a ser una mina explosiva de controversias. La interpretación encontrada en el comentario que sigue es una versión modificada de la enseñanza tradicional Católica.
Los poderes de la muerte. El texto original dice: “Las puertas del Hades”. La Puerta designaba en el Medio Oriente a la Sede del gobierno; el Hades era el reino debajo de la tierra, el país de los muertos y de los poderes infernales. Puesto que Infierno –“Hades” en Griego, “Seol” en Hebreo, era visto como el lugar de residencia para los muertos –no un lugar de eterno tormento, Jesús hizo su enfoque sobre el poder de la muerte, el mal último, no se refería a la casa de Satanás y sus seguidores, per se. Una parte del Apocalipsis describe este enfrentamiento de la Iglesia con los poderes demoníacos: Apocalipsis 12, 17
16:19 “llaves del Reino”. ¿Qué significa esta frase y su poder de atar y desatar? Una de las interpretaciones vio a Pedro como un guardián de la puerta celestial, con el poder para permitir o negar la entrada en el cielo. Otra interpretación vio a Pedro como el supremo escriba que hizo juicios sobre la ley en la comunidad Judeo-Cristiana.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. He aquí palabras muy extrañas; ¿cómo un hombre, Pedro o su sucesor, podía tener las llaves del Reino de Dios, si Jesús no cesó de repetir que nuestra relación con el Padre prescinde de cualquier intermediario o autoridad humana?
Hay aquí un aspecto muy misterioso del plan de Dios. Él es Dios de todos, y sin embargo tiene un pueblo particular; eligió una tierra y una ciudad que es Jerusalén, y a David del cual el Salvador será descendiente.
Del mismo modo los que hayan creído en Jesús, Hijo de Dios y Mesías, deberán aceptar a Pedro como guardián de la fe. Tendrán que aceptarlo como la cabeza de la comunión universal –cabeza y no jefe, como en Efesios 4,15; Efesios 5,23, para recibir las gracias que Dios destina a su pueblo particular. En otras partes o iglesias, es posible ser hijo de Dios muy fiel y muy amado, hacer milagros, realizar obras excepcionales que forman parte del plan de Dios, pero se pasará al lado de la misión y de las gracias que menos se notan y que son la parte más secreta de la obra de Dios.
Desde el principio el obispo de Roma fue reconocido sin discusión como el sucesor de Pedro; posteriormente la convicción de la Iglesia no ha cambiado, aun cuando la elección de los sucesores no se haya realizado siempre sin perturbaciones. Para los judíos atar y desatar significaba declarar lo que está prohibido y lo que está permitido. Aquí se trata de precisar lo que es parte o no de la fe de la Iglesia.
Jesús declaró a Simón, hijo de Juan, bendito por su revelación. Cuando él proclamó la verdadera identidad de Jesús, Simón entendió la presencia del Reino. El Padre revelado él mismo en Jesús. Simón captó una visión de esa revelación. Esto no podía venir de nadie más que de Dios mismo, 16:17. Mientras Simón identificaba a Jesús, Jesús ahora retornaba el cumplido. Simón iba a ser llamado Pedro, la “Roca.” Él iba a ser un líder en la comunidad del Reino eterno de Dios –y ni siquiera las “puertas del infierno” –la muerte, iba a tocar la comunidad, 16:18ª. Mientras él mantuviera sus ojos en el Señor, mientras él tuviera a la vista el Reino, él podía actuar con el poder y la sabiduría de Dios –la analogía sobre el “atar y desatar en la tierra… atado y desatado en el cielo” y las “llaves”, 16:18b, 19. Mientras él proclamara a Jesús como el Cristo, Simón sería la “roca,” el fundamento de la comunidad.
Otros textos presentan a los Doce apóstoles como los cimientos de la Iglesia –Efesios 2,20 y Apocalipsis 21,14. También ellos reciben el poder de atar y desatar en Juan 20,21; pero en ese lugar se refiere claramente al perdón de los pecados.
¿Cómo responde Jesús a tu fe? Cuál es tu lugar en tu comunidad eclesial?