Evangelio
Domingo 2 del Tiempo Ordinario -A
Evangelio: Juan 1, 29-34
Un humilde testigo
¿Cuál de tus amigos demuestra la virtud de la humildad? ¿Qué tan importante es esa persona para ti? ¿Para tu familia? ¿Para tu comunidad?
Juan Bautista presenta a Jesús, el “Cordero de Dios”
Juan el Bautista habla del Cordero de Dios, un término cargado de sentido para el Evangelio –Juan 1, 35. Este es uno de los títulos de Jesús: 1,41; 1,49; 1,51.Sobre la humildad de Juan el Bautista. Los verdaderamente humildes niegan que hayan obtenido tal virtud. De hecho, la humildad es una virtud que se mide por los grados en los que las personas crecen. Es una virtud de la experiencia vivida y un proceso. Es la virtud de darse cuenta constantemente de su lugar delante de Dios. Al aplazarse ante EL que era Mayor, Juan demostró al mundo que conocía su lugar ante su creador. El mostró la verdadera humildad.
La humildad de Juan estaba arraigada en su visión y su testimonio. Vio el descenso del espíritu y morar en Jesús. Y señaló a Jesús como el "Cordero de Dios," verdadero Hijo del Padre.
1:29 "el Cordero de Dios" tiene dos puntos de vista: la del Bautista o la del evangelista. El Bautista vio al “Cordero” como una imagen del fin de los tiempos, el Cordero victorioso que traería el juicio de Dios a la tierra –como en Apocalipsis 17:14; pero el evangelista vio al “Cordero” como la ofrenda de sacrificio por “el pecado del mundo” Después de todo, el evangelista registró la muerte de Jesús sobre el “día de Preparación” de la Pascua, el tiempo cuando los corderos eran degollados y preparados para la pascua en Jerusalén –ver Juan 19:14.
1:30 El testamento de Juan fue traducido lo más literalmente posible. La declaración aparece confusa porque él mezcla dos sentidos de comparación, uno del tiempo y otro del rango. El Bautista reconoció EL que seguiría su ministerio. Y sus obras serían más grandes que las de Juan –“después de mi viene un hombre…” ¿Por qué sabía él esto? Aquí es donde tiempo y rango están mezclados. EL, quien existía antes que Juan hubiese nacido – …que es antes de mí” donde la palabra “antes” implica rango. Así, la frase puede ser traducida: “después de mí viene un hombre que existía antes que yo naciera, porque él es más grande.” Observa que Juan vio el rango a través de los ojos de Dios, no desde un punto de vista humano.
1:32 "He visto… - todavía veo" En otras palabras, Juan fue testigo del descenso y morada del Espíritu como un evento continuo. El descenso del Espíritu se refería a la acción voluntaria del Padre de dar a su Hijo. Y la morada del Espíritu se refería al poder de Dios que Jesús revelaría en su ministerio.
1:33. Todos los textos que comparan a Jesús con Juan el Bautista hablan de un bautismo en el Espíritu. El Espíritu Santo que es energía de Dios, está presente en todos los espíritus abiertos a la verdad –Sabiduría 1,7; 12, 1; pero el Evangelio y la experiencia de la Iglesia primitiva demuestran que los que se convirtieron y fueron bautizados “recibieron el Espíritu” – 2 Corintios 1, 22; 5, 5
1:34 La visión de Juan de la acción del Espíritu y su testimonio son continuos. En otras palabras, a los ojos del evangelista, él continuó viendo la acción del Espíritu y continuó comentando sobre el estatus de Jesús como el Hijo de Dios.
La humildad se define como "la virtud que expresa un espíritu de respeto". En el Evangelio, Juan mostró humildad a través de su testimonio de EL MAYOR. En nuestra cultura, un buen testigo da información de primera mano, está consumido con los "hechos"; pero, en la cultura de Jesús, un buen testigo tenía una buena reputación. La calidad de su testimonio dependía de la calidad de su carácter. Juan puso su reputación, su carácter y su vida al servicio de su testimonio. Su disposición a diferir, a ser humilde, hizo el testimonio de Juan aún más potente.
¿Cuál fue el testimonio de Juan? Una orden y una declaración. El mandamiento fue "MIREN" –“He ahí” La declaración describe el objeto de la orden: el "Cordero de Dios,” “EL que quita el pecado del mundo.” (1: 29) En las primeras comunidades cristianas, el cordero tenía dos significados simbólicos. Para aquellos que vieron oscuridad en el fin de los tiempos – como Juan el Bautista, el cordero de Dios simbolizaba al victorioso Juez Guerrero que destruiría el mal en el mundo –véase Apocalipsis 17: 14; pero para otros –como Juan Evangelista, el cordero de Dios era el instrumento el sacrificio Pascual – a través del cual Dios perdonaría las transgresiones del mundo – ver Juan 19:14, 33, 36. La tensión entre estos dos significados se ha convertido en parte de la tradición.
Aún hoy, algunos ven a Cristo como el juez que condena el mundo al final del tiempo. Otros se centran en la amorosa misericordia que el Cristo resucitado muestra a los pecadores.
El pecado, también tiene dos tonos de significados en este pasaje. El "pecado del mundo" se refiere a la suma total de actos inmorales individuales y el estado lamentable del mundo – lo que podríamos llamar el "Pecado Original".
¿Por qué Juan apuntó a Jesús? Juan dio a sus seguidores dos razones para ver a Jesús como el Cordero.
- En primer lugar, Jesús existía antes de Juan. (1: 30) Juan se dio cuenta de que Jesús era la Palabra de Dios, el instrumento a través del cual Dios creó el mundo y ahora sería su salvador – véase Juan 1:1-3; pero, como la palabra, Jesús era la Sabiduría Viviente de Dios, a quién uno necesita para vivir una vida ética y adorar con un corazón puro – véase Juan 1:4-5. Dios usó su palabra, su sabiduría, a través del tiempo para crear y salvar, dar a todos los medios para vivir de acuerdo con su voluntad. Cuando Juan se dio cuenta de que Jesús era la Palabra de Dios, él experimentó la divinidad. Juan vio que él era sólo una pequeña parte del plan de Dios; pero, el plan de Dios ERA Jesús. Jesús existía antes de Juan y existiría después de Juan.
- En segundo lugar, Juan vio el Espíritu de Dios descansando y permaneciendo en Jesús. Con el Don del Espíritu, Jesús podría bautizar a otros con ese espíritu. (1: 33) Como el poder dinámico de Dios, el Espíritu cambió la situación y la persona. El Espíritu cambió a Jesús de un ciudadano privado a un Ministro Público, y a través de su ministerio público, Jesús dio el Espíritu a otros de manera que pudieran cambiar y ser hijos de Dios. Dado que el Espíritu llevó la iniciativa de Dios en el mundo, era directamente responsable del Ministerio de Jesús y la fe que causó.
¿Cómo sabía Juan que Jesús era el "Cordero de Dios?" Dios se lo reveló a Juan. En dos ocasiones, declaró Juan su ignorancia previa; dos veces, Juan señaló a Jesús.
- La primera vez, Juan declaró que bautizaba a fin de preparar a la gente de EL MAYOR que él (1: 31) - La segunda vez, Juan dijo que "Aquel que lo envió a bautizar" le dijo “Verás al Espíritu bajar sobre aquel que ha de bautizar con el Espíritu Santo, y se quedará con EL" (1: 33). Sólo cuando Dios le abrió los ojos a la verdad podía Juan ver su propósito en el mundo: para preparar y declarar a Jesús como el hijo de Dios (1: 34)
Los dones espirituales que recibieron en el momento del bautismo –Hechos 10,44; 19,10, no eran ciertamente la plenitud del Espíritu Santo y podían acabarse; pero eran una señal de que en adelante el Espíritu de Dios actuaría en ellos de una manera particular. Si alguien ha recibido en algún momento de su vida dones del Espíritu, es para invitarle a que dé mayor espacio a Jesús en su vida; algún día el Espíritu reiniciará su trabajo.
Este evangelio nos muestra las dos dimensiones del testimonio humilde, la vista de la fe y el testimonio del poder de Dios. ¿Dónde ves a Dios trabajando en tu vida esta semana? ¿A quién has hablado de la actividad de Dios?