Evangelio
Riesgo y Retribución:
Todo para quien arriesga todo por el Reino
¿Cuál es la mayor retribución que el mundo puede ofrecerte? ¿Qué estás dispuesto a sacrificar para que puedas poseerlo?
Todo el mundo hace una elección en la vida que le lleva a un compromiso de por vida. Cuando las personas se casan, abandonan a todos los demás por el matrimonio. Cuando la gente compra una vivienda, quizás no puedan permitirse el lujo de viviendas adicionales. Cuando las personas eligen una carrera, cierran las puertas a otras opciones de obtener ingresos. Cada "sí" conduce a muchos "no"
Cada persona hace una elección definitiva acerca de su vida, esta elección revela y define el carácter de la persona. La opción tomada le dice claramente a otros lo que le da a esta persona un sentido de propósito. Algunas personas eligen posesiones, popularidad o poder, otros se aferran a la seguridad. Aun así, algunos arriesgan todo por una retribución mayor. En este pasaje, Jesús se dirige a quienes dan todo por el Reino.
En estos pasajes, Mateo presentó tres parábolas, dos sobre la elección, y una sobre las consecuencias de la elección. Al final, pintó otra parábola con una imagen acerca de quien se decidió por el Reino de Dios.
En el Evangelio de Mateo, Jesús dio a sus discípulos estas tres parábolas acerca del Reino de Dios. Las dos primeras dieron un "análisis de costos y beneficios". El Reino cuesta todo pero tiene el mayor valor. Sin embargo, el riesgo de obtener el Reino podría escapar a nuestra sensibilidad moderna. Los contemporáneos de Jesús pudieron haber considerado el riesgo tan alto que sólo un tonto hubiera tomado. Jesús dijo a sus discípulos:
13:44. En la primera parábola, un trabajador encontró un tesoro enterrado en un campo. En un tiempo sin un sistema bancario sofisticado, la gente enterraba su tesoro lejos de su morada muy bien guardado de los ladrones. Ocasionalmente, las personas escuchaban del hallazgo de tesoros; pero nadie nunca vendió lo poco que tenía, independientemente de la razón. Menos importante, un trabajador de campo nunca habría podido reunir el dinero para comprar la parcela. ¿Qué poseía una persona como apoyo financiero?, además, simplemente poseer el campo no garantizaba la propiedad del tesoro, solamente aseguraba el acceso a los tesoros. La propiedad del campo y el tesoro eran dos cuestiones jurídicas independientes bajo la Ley antigua. ¿Por qué alguien arriesgaría todo para asegurarse el acceso a un tesoro que no poseía?
13:45-46. La parábola de la perla y el comerciante abordaba el mismo asunto. En la época de Jesús, las perlas tenían el mismo valor –igual aprecio, que las gemas preciosas y el oro. El comerciante en la parábola obtenía su sustento diario de la compra y venta de perlas. Sólo las ganancias lo motivaban; pero ver una perla excepcional lo cambió. El comerciante abandonó la posibilidad del medio de vivir cuando vendió todos sus bienes. El comerciante se hizo realmente pobre, para poder poseer esa perla única. Y para volver a su vida anterior, el comerciante tendría que vender la perla por la que cedió todo lo que poseía. ¿Por qué nadie tomaría ese riesgo?
Jesús pintó las imágenes absurdas encontradas en estas dos parábolas para revelar el factor de riesgo del Reino de Dios. El Reino de Dios exige todo del creyente. La lealtad a la familia y los vecinos, el deseo de seguridad financiera, la ambición del poder político, todo queda en segundo lugar. El creyente debe poner a Dios primero en todas las cosas, incluso si él o ella parecen tontos.
- El tesoro y la perla. La diferencia está en que el primero encontró lo que no buscaba, mientras que el segundo acabó por descubrir lo que no se atrevía a esperar. En el primer caso, es justo que después de su descubrimiento y alegría le sea escondido el tesoro por un tiempo; entonces deberá buscar y trabajar hasta que le sea dado de verdad.
En ambos casos se ve que sólo hay Reino para el que es capaz de vender todo lo que tiene. Uno no se sacrifica por algo sino por alguien, y la verdadera alegría nunca procede de algo sino de alguien: el Reino es Dios con nosotros.
¿Cuáles son los riesgos de ser cristiano? ¿Te has arriesgado alguna vez a ser visto como un tonto(a) para practicar tu fe?
Tal como Jesús lo recordará en otros lugares, nadie es más por ser de su familia o por pertenecer a su pueblo. La familia cristiana, las comunidades e instituciones cristianas nos transmiten y comunican algo del Reino, del cual son signos visibles, pero nadie puede protegerse indefinidamente tras ellas. Algún día habrá que dar cuenta de la propia vida y entonces los títulos, las etiquetas y los conocimientos religiosos no servirán de nada. Los autores de los escándalos y de las actividades que desfiguraron a la Iglesia pasarán por el fuego –1Corintios 3,13.
La Iglesia adoptó hacia el siglo XII la palabra “purgatorio” para designar la dolorosa purificación que experimentarán después de la muerte todos los salvados, a menos que hayan sufrido ya en la tierra la quemazón del puro amor de Dios. Esta afirmación del purgatorio es chocante para quienes no han experimentado la santidad divina y tienen demasiado fácilmente en la boca la gran bondad de Dios: ¿han sopesado de veras lo que exige de nosotros “llegar a ser Dios en Dios”?
- El horno ardiente. Jesús no vaciló en utilizar esa imagen del fuego que formaba parte de su cultura y que Mateo quiso conservar Mateo5, 22; 7,19; 13,30; 25,41.
Sin embargo conviene observar que, en la gran parábola de Mateo 25,31-46, Jesús envía al fuego eterno, no sólo los crímenes y los pecados graves, sino también todos los pecados que cometemos diariamente. Por tanto conviene distinguir el estilo de la predicación popular de Jesús y el modo de actuar de Dios con los pecadores.
Dios ha venido para salvar a los pecadores, y la muerte y la resurrección de Jesús tienen más fuerza que el poder del mal en el mundo; han asegurado ya desde ahora la salvación de la humanidad como un todo –Romanos 5. Sin embargo el amor infinito de Dios no nos quita la libertad de abandonarlo y de desafiarlo: ¿puede forzar al que se dio todo entero al espíritu del mal, como ocurre a veces?
La misericordia de Dios nos aguarda en la hora de nuestra muerte y hará renacer al Hijo de Dios, incluso en grandes criminales que no hayan hecho ninguna reparación, ciudadano de la Jerusalén celestial. Pero eso no quita que haya pasado la hora de hacer el bien y de reparar nuestros pecados. Los talentos que Dios nos había dado para construir el mundo y para forjarnos a nosotros mismos, si no fructificaron, pasarán a otros. ¿Salvados? Tal vez, pero como unos elegidos muy pequeños.
Jesús tenía un conocimiento profundo y verdadero de Dios y del hombre; si hubiese visto en ese “castigo” algo contrario a la bondad infinita de Dios, lo habría dicho sin preocuparse del escándalo. Dejemos a un lado el horno y el fuego. Jesús conservó tales imágenes para dar a entender que una vida malgastada es lo más horrible que pudo haber sucedido, aun cuando se haya comprendido lo que estaba en juego. Si se entiende lo que Dios ofrece –la eternidad en el sentido más riguroso del término– y si la vida es única, ¿serán muy duras las palabras para referirse al que perdió la vida y su tiempo?
- Llanto y rechinar de dientes: o sea, envidia de la suerte de los justos –Salmo 33,16; 112,10. Los justos brillarán: Mal 4,20; Dn 12,3).
13:48. ”Buenos” y “malos=los que no sirven" es literalmente “puros” e “impuros”. En el contexto Judío de Mateo, el calificar a los pescados estaba más bien basado en las leyes de la dieta encontrados en el Torah, no era una juicio de gusto o de utilidad, de aquí, el uso de “malo” o “bueno” 13:49 "…separarán a los malos de entre los buenos " podría ser un juicio sobre el mundo o sobre la comunidad Cristiana. No es claro a quien está dirigido el juicio.
13:47-48. Jesús dijo la última parábola como un contra-peso frente a los temores de las personas cuando consideran la opción de fe. Los mensajeros de Dios separarían los malos de los buenos, luego, esos mensajeros castigarían a los malos en un horno ardiente. La separación significa el juicio, humano y divino.
En un nivel, la separación es un fallo local. - Los mensajeros –como los pescadores de la parábola, predican a mucha gente –como el tirar de las grandes redes en el lago. El mensaje podría atraer grandes números; pero ¿qué oyentes tienen la voluntad y la posibilidad de unirse a la comunidad? Esto requiere la sabiduría de los ancianos de la Iglesia –como los pescadores que se quedaron con el pescado "limpio=bueno"; pero rechazaron los otros.
13:49-50. En otro nivel, la separación es el juicio final de Dios. - Las gentes de todos los pueblos serán juntados. Dios podrá separar los malos de los buenos –es decir, aquellos que hacen el bien. Y pondría fin a la era de la humanidad, comenzarán entonces los albores de la era de Dios.
Según lo han insinuado los estudios en semanas anteriores, las primeras comunidades cristianas vieron su ministerio como una extensión de la misión mesiánica de Cristo. Jesús vino al mundo para anunciar el Reino de Dios y que todo el mundo sea en el Reino. Mientras Jesús predicaba y formaba una Iglesia, escandalizaba a otros. El escándalo causó la separación de las familias y los amigos. En otras palabras, cuando Jesús evangelizaba, obligaba a una elección y un juicio.
Al igual que Cristo, la conducción de las comunidades cristianas para evangelizar presagiaba el juicio final de Dios y, en un sentido, esa sentencia. No importa quién predicaba, el impacto de las Buenas Nuevas unió a los creyentes; pero separó a los infieles. El propio Evangelio tenía el poder del juicio final de Dios.
¿Cómo atrae a otros tu evangelización o tu estilo de vida cristiano? ¿Cómo repele a otros? ¿De qué manera la evangelización o el ejemplo cristiano de otros te han afectado?
Un maestro de la Ley se había hecho discípulo de Jesús. Llegó con un buen conocimiento de la Biblia y no le faltaba la experiencia, ya que instruía a los demás... Al meditar constantemente las parábolas de Jesús, sacará de ellas enseñanzas siempre nuevas y adaptadas a nuevas circunstancias. Y al mismo tiempo verá que su experiencia anterior no fue inútil. Todo el pasado encuentra su lugar en la nueva fe.
13:52. “cuando un maestro en religión ha sido instruido sobre el Reino…” Hay dos posibles interpretaciones de esta expresión.
- Primero, un maestro en religión es un experto acerca del reino. En este caso, un escriba, era un líder de la comunidad, o
- Segundo, el maestro en religión pudo haber sido un hombre educado y sometido él mismo a la regla de Dios. En otras palabras, él era un experto en el Torah bajo el reino de Dios, un escriba Judío convertido al cristianismo.
Con el poder para separar tal como predicaba, el evangelista tenía que elegir cuidadosamente sus palabras. Cuando la gente en la audiencia judeo-cristiana de Mateo –los que estudiaban el Reino, fueron testigos de sus contemporáneos –otros judíos, tuvieron que conocer la Ley –las cosas antiguas en 13:52; pero presente de una manera nueva. Tenían que tener los conocimientos de los expertos –los escribas, a fin de abordar las preguntas de la audiencia que estaba informada.
¿Cómo te preparas para compartir tu fe? ¿Cómo te ha ayudado Dios para traer a otros lo “Nuevo” y lo “Viejo” en tu discusión con otros?
La Libertad de la Fe
Incluso en riesgo, elegimos la fe en la libertad que Dios nos dio; Dios basa su relación con nosotros en el amor. Ya que no se puede coercionar el amor, tampoco la fe. Porque somos libres, podemos creer en un Dios que nos ama.
Una vez que elegimos la fe, sin embargo, no podemos dar la espalda AL QUE confiamos o a la verdad que él revela. La elección de fe no puede efectuarse de manera fortuita. De hecho, la elección de fe debe ser alimentada con la palabra de Dios en las Escrituras y la sabiduría de la Iglesia, con la oración y las obras de caridad. Porque sin una fe bien nutrida, nos deslizamos fuera de Dios.
La evangelización como juicio tiene un reverso. Cuando decimos "sí" a Dios, andamos más cerca de él, confiamos en él. A su vez, nos nutre con su propia vida. En este sentido, la fe comienza nuestro viaje a la vida eterna. La vida de fe que vivimos invita a otros a unirse a nosotros en ese viaje.
La fe involucra un riesgo, y cambios. El riesgo y los cambios que aguantamos influyen en otros. Algunas veces otros crecen más cerca a Dios. Otras veces los escandalizamos y los alejamos de Dios. La escogencia de la fe nos presenta el poder de unir y dividir, de juntar y de separar. Usémosla sabiamente. Usémosla en amor. Haz una lista de las maneras en que la fe te ha cambiado. Incluye a los amigos que tú has ganado y los que has perdido.